En el último domingo antes de llegar al mes dedicado a los difuntos, Nuestra Señora de las Angustias, Madre y Reina de la Silera, se enfunda de luto para el mes venidero, acompañando a aquellos que ya no están
con nosotros pero sí su recuerdo, y así, María en su Angustia nos sirve
de vínculo para rezar por ellos. El dolor de la ausencia, se convierte
en la oración a una Madre que cuida de sus Hijos y no los abandona.
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